6-Ponencia de Sapos

Hemos pernoctado en casa de Saponcio, porque esta mañana va a dar una ponencia a distancia en el congreso anual sobre los orígenes de la especie anura y su expansión en el universo conocido. Nos ha sugerido que le prestemos atención, porque todas nuestras dudas sobre los asentamientos humanos anteriores a nuestro viaje quedarán resueltas. No entendemos porqué el sapo peludo terrestre, jefe de la expedición, nos hizo creer que éramos los primeros humanos en hacer este viaje intergaláctico, y esta ponencia nos lo aclarará.

Resulta que la evolución anura en Mezoico fue similar a la humana. Las características físicas del planeta hicieron que anfibios, peces y aves evolucionaran y sobrevivieran más exitosamente que cualquier otra especie. Los mamíferos, escasos en Mezoico, se reducen a unas pocas especies de primates sin pelo, y patas con membranas interdigitales para poder nadar.

A finales del siglo XXI los terrícolas consiguieron crear redes cuánticas, en las que los átomos transmitían datos en forma de fotones, y esta información fue enviada a todos los planetas cercanos a la Tierra en los que se sospechaba que podía haber vida. Los científicos de Mezoico recibieron estos datos, y aunque ya sabían por sus observaciones de la existencia de vida en nuestro planeta, les sorprendió que una especie de primates evolucionara de forma similar a los anfibios y consiguieran dominar el planeta. Los científicos de ambos planetas comenzaron a intercambiar información y a comunicarse. Durante algunos siglos ambos intentaron descubrir los secretos del universo que hiciera posible un viaje intergaláctico para el encuentro fraternal entre ambas especies.

Gracias a los aceleradores de partículas, los humanos descubrieron la verdad del mundo subatómico y sus inmensas aplicaciones para los viajes interestelares. Este extraordinario descubrimiento, junto con las investigaciones de los anfibios de Mezoico, hizo posible descubrir donde se hallaban los agujeros de gusano propicios para los viajes interestelares entre ambos planetas. Los científicos anuros estaban consiguiendo grandes avances en tecnología para llevar a cabo el proyecto. A mediados del siglo XXIV Mezoico anunciaba a la Tierra que pronto recibiría una visita. Y así fue cómo hasta finales del siglo XXV, los viajes de Mezoico a la Tierra y viceversa fueron una constante.

Lamentablemente las desconfianzas acabaron con todo. Sin motivos aparentes, algunos grupos de humanos comenzaron a ver a los sapos como una amenaza invasora. Los anfibios son pacíficos por naturaleza y no saben luchar físicamente así que pronto sucumbieron a la sinrazón de algunos. El hostigamiento humano les obligó a huir a lugares inhóspitos de la tierra lejos de la civilización. Las expediciones y la comunicación entre ambos planetas cesaron, se prohibieron y censuraron las investigaciones y el conocimiento se perdió.

En el siglo XXVI, al igual que Mezoico, la Tierra sufrió la primera invasión chungoboide que convirtió en esclavos a millones de humanos. Los sapos terrícolas salieron de sus escondites acuáticos y a pesar de los ultrajes que habían sufrido a manos de los humanos, no se podía comparar con lo que éstos estaban padeciendo a manos de las brigadas chungoboides. Tras casi un siglo de luchas usando tecnología puntera, resistencias e innumerables bajas, los sapos consiguieron la retirada del ejército invasor. Desde entonces no se habla de humanos o anfibios sino de terrícolas.

Los contactos entre ambos planetas son más intensos pero también más secretos. La programación de viajes es escasa por el sacrificio que conlleva para las tripulaciones. Todas las decisiones se toman con mucha cautela, diplomacia y discreción, así no se crean susceptibilidades y desconfianzas entre humanos y anuros.

Aguanosos

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